Aves rapaces
Las vecinas de arriba
En la ciudad de Buenos Aires habitan más de 25 especies de aves rapaces. Posiblemente las habrás observado sobrevolar árboles de las plazas y los edificios. Algunas de las especies más frecuentes son el lechuzón orejudo, la lechuza de campanario, el caburé, el halconcito colorado, el halcón peregrino, el carancho y el gavilán mixto.
En las ciudades podemos encontrar aves rapaces cerca de las plazas bien tempranito o al atardecer. Se alimentan de palomas, ratas y ratones, ¡cuidemos a estos imponentes controladores biológicos!
Lechuza de
campanario,
Flickr.com/
spencer77
Si prestás atención podrás verlas durante las primeras horas de la mañana y a últimas horas de la tarde, cuando salen a cazar o a buscar pareja. Una curiosidad es que aprovechan las corrientes cálidas de aire para planear, con lo que ahorran energía mientras buscan alimento 
o recorren sus territorios.
Las aves rapaces controlan las poblaciones de otros animales (sus presas) que son un problema en la mayoría de las ciudades, por ejemplo, las palomas o las ratas y los ratones. Así que funcionan como un control biológico de esas plagas.
Sin embargo, no todo es fácil en la ciudad para las aves rapaces. Algunos les temen por desconocimiento y pueden agredirlas para espantarlas o incluso matarlas. También se enferman cuando consumen presas envenenadas (por ejemplo, ratas que consumieron rodenticidas) y pueden sufrir accidentes con los tendidos eléctricos.
Lechuzón orejudo, Pseudoscops clamator.
Foto Natalia Diotti
Caburé, Glaucidium brasilianum
Flickr.com/TomBenson
¿Puedo tener un ave rapaz como mascota?
No podemos adoptarlas como mascotas. A pesar de que muchos les tenemos simpatía, nuestra ley de protección de animales silvestres nos prohíbe intentar domesticarlas.
Estas aves requieren alimentarse de animales enteros. Entonces, si reemplazamos su alimentación por carnes rojas o blancas no les aportamos los nutrientes que ingieren con el pelo y los huesos de sus presas (por ejemplo, el calcio).
Además, las aves rapaces utilizan sus garras para cazar animales pequeños y con su pico desgarran su alimento. Su cuerpo es como el de un atleta que necesita ser ejercitado todos los días. Por lo tanto, si viven en nuestras casas como mascotas o aves de compañía no pueden desarrollar sus hábitos de alimentación y entrenamiento y se enferman.
Afortunadamente, en el caso de una ciudad tan populosa como la de Buenos Aires, desde 2012 funciona un Centro de Rescate de Fauna Silvestre, en la Reserva Costanera Sur. Allí se reciben y rehabilitan todo tipo de animales rescatados y muchos de ellos pueden ser devueltos a su hábitat natural.
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Existen numerosos centros de rescate en las provincias de nuestro país, como el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de La Pampa, o el Centro que funciona en el Refugio de Animales Silvestres GüiráOga en Misiones, entre otros.
Halconcito colorado, Falco sparverius
Flickr.com/wagon16
Halcón peregrino, Flickr.com/rado_vaclav
¿Cómo puedo conocerlas mejor sin molestarlas?
Si querés conocerlas más y observarlas, ¡podés hacerlo! Existen organizaciones como Aves Argentinas, Delta Terra y el Club de Observadores de Aves de la Reserva Ecológica Costanera Sur donde te enseñan a observarlas, a conocerlas y a disfrutar de su compañía.
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Carancho, Caracara plancus
Flickr.com/ feder77
Además, existen COA (Club de Observadores de Aves) en muchas partes de nuestro país, gratuitos y de libre acceso para quien quiera participar. ¡Buscá el de tu ciudad 
y formá parte!
Gavilán mixto, Parabuteo unicinctus
Flickr.com/slobirdr
Natalia Diotti
Licenciada en Gestión Ambiental
Juan Ignacio Costa
Conservación y 
Entrenamiento de Aves Rapaces