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ROBOTS

HABLEMOS DE 

Cuando pensamos en un robot solemos imaginar dos tipos de imágenes: la de un  hombre de plástico y metal que camina sin flexionar mucho sus brazos y piernas hablando con voz inexpresiva, o por el contrario, imágenes de algunos seres que podrían confundirse con seres humanos reales, como hemos visto en muchas películas.

 

La conformación “humanoide”, que quiere decir “con forma parecida a un humano”,

que suele aparecer en los libros y películas futuristas, no es la más exitosa a la hora de fabricar robots reales. La mayoría tienen formas simples, adaptadas a la tarea que deben cumplir.

Pero ¿qué es un robot?

La palabra, de origen checo, significa “trabajador esclavo”, y ciertamente es una máquina para facilitar trabajos difíciles, cansadores, peligrosos o aburridos. Algunos son  autónomos (actúan por sí mismos), pero la mayoría ayudan al trabajo de un humano que los controla. Hay robots para fábricas, que pueden soldar o pintar un auto, y otros que ayudan a los bomberos a apagar incendios o desarmar explosivos. Los hay para explorar un planeta o asteroide lejano, pero muchos pueden estar muy cerca nuestro para ayudar en el hogar y en la cocina (no, no; la tarea escolar la tendrás que seguir haciendo vos mismo).

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Un robot debe tener al menos una computadora interna que se programa  para que “sepa” lo que tiene que hacer, algunos sensores que le permitan controlar lo que está haciendo y algunos actuadores para operar sobre los elementos que debe manipular.

Los sensores son los sentidos del robot que le permiten distinguir los cambios del entorno y de su propio funcionamiento; pueden ser desde simples detectores de contacto o temperatura (que le dan capacidades similares al tacto humano) hasta cámaras especiales que le permiten “ver” el entorno, aun sin luz. Hay sensores que permiten “oler”, por ejemplo, químicos peligrosos; otros permiten “oír” ruidos y vibraciones como en un avión.

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Los actuadores son los mecanismos con los que el robot acciona sobre las cosas que lo rodean. En general suelen ser extremidades con herramientas como un destornillador, un soldador o un soplete de pintura y equivalen a nuestras manos, aunque a veces la semejanza no es tan obvia.

¿Hay robots cerca tuyo?

Los robots no son tan lejanos como parece. Te proponemos que investigues los aparatos de tu casa a ver si encontrás alguno. Tené en cuenta esos tres elementos característicos, y recordá que:

  • Tienen formas adaptadas a la tarea que deben cumplir.

  • Una computadora puede ser muy pequeña dentro del artefacto, aunque no tenga pantalla o teclado, permite darle algún tipo de orden.

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¡Suerte con la búsqueda y en una próxima nota te daremos las claves para saber si encontraste o no alguno!

Miguel Grassi

Diseñador de mecatrónica

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