¿Qué son? ¿Cuál es su importancia y por qué pueden ser peligrosas?
Las cianobacterias son de los primeros seres vivos que existieron en la Tierra y fueron los primeros organismos en realizar fotosíntesis: aportaron gran cantidad de oxígeno a la atmósfera del planeta cuando todavía no había plantas.
Hoy las podemos encontrar principalmente en cualquier sitio con agua dulce: lagunas, embalses, ríos, arroyos y lagos.
Como lo dice su nombre, son bacterias, por lo tanto son células procariotas. Son verdes, verdeazuladas, y por eso se llaman así:
“ciano” viene del griego kyanos, que significa azul.
Las cianobacterias están en todos lados y cada vez son más abundantes.
Esto sucede, entre otras cosas, debido a nosotros, los humanos, porque necesitan muchas cosas que con nuestra actividad les facilitamos. Necesitan nutrientes, especialmente nitrógeno y fósforo, muy abundantes en los pesticidas y fertilizantes que se usan en los cultivos y en los desechos de las ciudades, que terminan en las aguas donde viven. Les gustan las aguas cálidas, así que el cambio climático también hace lo suyo.
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Cuando la abundancia se vuelve un problema
Cuando están en baja cantidad, se encuentran separadas entre sí y no las vemos porque son muy pequeñas. Pero cuando se reproducen en grandes cantidades y se acumulan, las podemos ver a simple vista, ya que el agua se ve de color verde; en esos casos hablamos de floraciones.
Al crecer tanto, hay mucha materia orgánica que se descompone (se pudre) y da malos olores. Además, se acaba el oxígeno, porque los microorganismos que descomponen este material lo usan para respirar.
Esto trae muchas consecuencias negativas para el cuerpo de agua, por ejemplo, provoca que otros organismos -como los peces- se mueran.
Otra cosa importante que sucede es que muchas cianobacterias producen toxinas (las llamamos cianotoxinas), que afectan nuestra salud y la de otros seres vivos.
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¿Cuándo estamos expuestos a las cianotoxinas?
Principalmente, cuando realizamos actividades recreativas como nadar o deportes acuáticos en un cuerpo de agua con cianobacterias. En esos casos estamos en contacto con ellas a través de la piel, ingiriendo algo de agua sin querer y hasta aspirando microgotas que van por el aire. También puede ser por consumo de agua que no fue tratada adecuadamente, por comer pescados y otros animales que acumulan cianotoxinas y por consumo de suplementos alimenticios contaminados (como espirulina).
Este problema no afecta a todos por igual. ¿Quiénes deben tener más cuidado? Los niños, los ancianos, las embarazadas y las personas con problemas de salud. Nuestras mascotas son particularmente sensibles, y hasta el ganado puede verse afectado cuando bebe de estanques con cianobacterias.
No es que las cianobacterias sean malas, son parte natural del ecosistema. El problema comienza cuando se forman las floraciones, que por la acción humana cada vez son más intensas y frecuentes.
Por eso es importante evitar la contaminación del suelo y del agua, para que los ecosistemas -que nos incluyen- se mantengan
saludables y en equilibrio.
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¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS
DE INTOXICACIÓN CON
CIANOBACTERIAS?
Dolor de garganta y de cabeza, fiebre, alergias de la piel, irritación de ojos, mareos, diarreas, vómitos, decaimiento, tos, debilidad muscular y dificultad para respirar.
En los perros puede verse salivación, marcha tambaleante, vómitos, convulsiones y dificultad para respirar.
Ante cualquier síntoma o duda, lo mejor es ir al médico o llevar a la mascota al veterinario lo más rápido posible, y comentarle si creés que hubo exposición a estos organismos.
No te pierdas el cianosemáforo para saber qué hacer si ves cianobacterias en el agua.
