Aparecen en los diarios, en la tele o en las redes todos los días y prometen darnos un respiro en la lucha contra la pandemia que ya lleva más de un año azotando al mundo. Por eso es importante entender cómo se producen y qué son capaces de hacer.
A finales de 2019 apareció en China un nuevo virus capaz de infectar humanos: el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad respiratoria aguda llamada COVID-19 que se esparció rápidamente por el mundo. En tiempo récord, muchas vacunas contra el nuevo coronavirus fueron ensayadas, aprobadas y algunas de ellas ya están siendo aplicadas, pero... ¿sabemos cómo funcionan? ¡Seguí leyendo!
Nuestras defensas
Nuestro sistema inmunitario es como un ejército de células cuya función es la de eliminar los elementos extraños que puedan ingresar al cuerpo. Entre ellos, se encuentran los virus, bacterias, hongos u otros tipos de parásitos que llamamos patógenos.
Para eliminar a los patógenos, el sistema inmunitario tiene que primero aprender a reconocerlos. A veces, los patógenos son tan agresivos que no podemos evitar enfermarnos durante ese proceso de aprendizaje. Sin embargo, una vez que el sistema logra eliminarlos, el aprendizaje es muy duradero: si el mismo patógeno vuelve a atacarnos, nuestro ejército protector lo identificará y lo eliminará tan rápidamente que ni siquiera desarrollaremos síntomas de enfermedad. ¡Estaremos inmunizados!
Una ayudita desde afuera
Las vacunas son una especie de “simulacro” de infección, que permite que el sistema inmunitario aprenda a reconocer un patógeno (y genere memoria) sin el riesgo de que nos enfermemos. Para saber más sobre las vacunas, te recomendamos leer nuestro artículo: “¿Qué son las vacunas?” y nuestro video: “Vacunas”.
Las vacunas anti-COVID-19
La mayoría de las vacunas contra el nuevo coronavirus se basa en entrenar al sistema inmune para que reconozca uno de los componentes característicos de su superficie: la proteína “espícula”.
Te contamos cómo funcionan:
Vacunas de Sinovac [China]/SinoPharm [China]/Bharat Biotech [India]
Utilizan al virus SARS-CoV-2 inactivado químicamente o por calor. El virus así tratado no es capaz de multiplicarse ni causarnos enfermedad. Sin embargo, todavía conserva su estructura y sus proteínas espícula intactas. Esto permite que nuestras defensas aprendan a reconocerlas,
y generar una respuesta protectiva, sin que nos enfermemos. (Esquema 1 en la figura)
Vacunas de Pfizer [EEUU]/BioNTech [Alemania]/ Moderna [EEUU]/CureVac [Alemania]
Esta vacuna está formada por la “receta” (el ARN mensajero) para fabricar la proteína espícula del virus, empaquetada en pequeñas vesículas que pueden ser absorbidas por las células.
(Esquema 2 en la figura) Con esta receta, ciertas células de nuestro sistema inmune fabrican las proteínas espícula y se las muestran al resto del sistema inmune para que aprenda a eliminarla. Una de sus ventajas es que es fácilmente adaptable a cepas novedosas del virus que puedan surgir, en las que algunas características de la proteína espícula pueden cambiar.
Cómo preparar una proteína
Las proteínas son algo así como las moléculas que realizan las tareas en nuestras células y
fuera de ellas. Cuando las células fabrican proteínas, el proceso es parecido a la forma en que vos preparás una torta: primero buscás (por ejemplo) “torta de chocolate” en internet. Una
vez que encontrás las instrucciones para prepararla, las imprimís o las copiás a mano en una hoja aparte. Con esta receta, vas a la cocina y, siguiendo las instrucciones, preparás la torta.
Las células hacen algo similar: las instrucciones para fabricar las proteínas están escritas en
nuestro ADN, es decir en nuestros genes. Esta información –que está encerrada en el núcleo
de la célula– primero se copia en una versión parecida al ADN pero que puede salir del núcleo.
Esta copia “viajera” se llama ARN mensajero. Con ella, la célula puede “cocinar” la proteína
deseada.
Vacunas de Oxford/AstraZeneca [Reino Unido/Suecia] /Gamaleya(Sputnik V) [Rusia] /Johnson & Johnson [EEUU]
Usan virus distintos al SARS-CoV-2 que no causan enfermedad pero que están modificados para producir la proteína espícula. Serían como virus del resfrío “disfrazados” de coronavirus. (Esquema 3 en la figura)
Vacunas de Novavax [EEUU] / Biological E [India] / Medicago [Canadá]
Estas vacunas solamente usan la proteína espícula del coronavirus pura (o un pedacito de ella), producida en el laboratorio (Novavax, Biológical E) o en plantas (Medicago), y luego purificada y asociada a vesículas, sin ningún otro componente viral. (Esquema 4 en la figura)
Aunque los protocolos de inmunización ya se están aplicando, es importante saber que llevará un tiempo para que todos estemos vacunados. Así que mientras tanto, tenemos que mantener los cuidados que ya conocemos bien: lavarnos las manos frecuentemente, ventilar bien los ambientes, usar barbijo o tapabocas y mantener una distancia prudencial con otras personas.
Con la ayuda de las vacunas y los cuidados de siempre, seguramente le ganaremos la batalla a la pandemia.
Leandro Martínez Tosar - Biólogo